Ya he vendido los
volantes y las ramplonas medias
pedíame un comerciante en
su ración de precio
dos doblones y una
escafandra, pero labio
inferior semiovalado mío
díjole que no
que tanto no es el precio
que solitaria yo los saco
del baúl para que no sean
míos y enséñole
linda foto que reseca en
el reborde le muestra
compañera informal al son
de una pavana.
(Por mí no arderán los quicios ni se quemarán las
teas. León, Claraboya, Aula
Negra. 1987)